David Lynch es mucho más que un simple creador
de universos surrealistas. El director de Missoula coge cualquier arte y lo
retuerce hasta lograr que al espectador le escueza. Ya sean letras, imágenes,
pinturas, música… Pero su capacidad va más allá, pues no son pocos los artistas
que se han inspirado en sus universos para alimentar a su propio mundo creador.
Por ejemplo, podemos coger a la noruega Kari
Jahnsen y analizar su disco recién lanzado, Farao-Pure-O. Dentro de su estilo
singular inspirado en la Soviet Disco, encontramos un tema llamado Lula Loves
You. ¿Adivinas quién lo inspiró? Sin duda, la adaptación que David Lynch hizo
de Corazón Salvaje, el Wild at Heart de su escritor de cabecera Barry Gifford.
La literatura, fuente de inspiración para y por David Lynch
A Lynch le gustan las letras, eso es
innegable. Pero también otros autores se han basado o inspirado en él para
crear sus propios mundos. Ya hablamos en su día de David Foster Wallace, pero
no es el único.
Un escritor capaz de poner el dedo en la llaga
política es Mark Fisher. Pero este autor que ganó fama como teórico y analista político,
nació años antes como teórico cultural, y en su blog podíamos observar cómo
disfrutaba diseccionando el cine de David Lynch.
Antes de despedir este extraño artículo –
homenaje – no tengo nada que contar y me invento este batiburrillo, nos
gustaría hacer alusión a uno de los autores más personales del panorama
literario mundial, Haruki Murakami.
No sabemos si el autor de la popular Tokio
Blues es fan del director de Missoula, pero sí que es conocido como el David
Lynch de las letras, título que, a buen seguro, no habrá pasado desapercibido
para el creador japonés.
¿Qué pasaría en una fusión de los universos
oníricos, raros y casi pesadillescos de Murakami y Lynch? Un evento digno de
verse, disfrutarse y sentirse que, puedo decir bien alto y claro, yo no me perdería.
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