Volvemos a la gran obra de estudio dirigida
por David Lynch, la inexplicable e
inconmensurable Dune. Más de uno
pensará, ¿qué manía tienen aquí con esta película pudiendo analizar joyas como Mulholland Drive o Carretera Perdida? Totalmente cierto, es inexplicable la atracción
que sentimos por este filme.
A día de hoy, ya hemos hecho dos
aproximaciones, que puedes ver aquí
y aquí (¡pincha en los enlaces de
aquí y aquí!). En ellas hemos visto las condiciones en que Lynch se asomó a la adaptación
de la ingente obra de Frank Herbert
al cine.
No sabemos si fue la falta de experiencia de
Lynch, el guion o los ánimos por rodar el libro al completo. Pero, ¿cómo te
quedas si reduces tu película en el montaje final de 8 a 5 horas y luego el
productor y su hija la dejan en poco más de 130 minutos? Para matar a alguien,
¿verdad?
Claro, esto es lo que pasa cuando pones a
dirigir a un director singular, con un mundo artístico único y propio, a las
órdenes de un productor que, básicamente, quiere ganar dinero.
El reparto de Dune de David Lynch
Eso sí, para ganar dinero, cosa que Dino de Laurentiis no logró con esta
película, el productor puso un buen reparto a las órdenes de David Lynch, la
verdad sea dicha.
Sin duda, sobresale Kyle MacLachlan, que interpretaría al gran prota, Paul Atreides. Este chico se
convertiría en una especie de actor fetiche para David Lynch, al que veríamos
posteriormente en Terciopelo Azul y
las dos temporadas de Twin Peaks
como el inolvidable agente Dale Cooper. También sale en la inexplicable tercera, que tiene su miga.
Junto a MacLachlan, encontramos figuras
respetables de los 80 como Francesca
Annis, Virginia Madsen, Sea Young, Jürgen Prochnow, Brad Dourif, Dean Stockwell,
Everett McGill o Silvana Mangano. Y eso sin olvidarnos del gran cantante Sting o clásicos como José Ferrer o Max Von Sydow. Y, por
supuesto, contando al inclasificable Jack
Nance, inseparable de David Lynch en toda su obra.
Continuará…
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