Más vale un mal café que no tener café. Así más
o menos habla David Lynch, el
director americano que es un verdadero amante de este manjar negro. Pero su
pasión llega mucho más allá, ya que le gusta tanto que hasta ha creado su propia marca que se comercializa
a nivel mundial. ¿Quieres saber más sobre esta curiosa anécdota? Prepárate,
porque vamos a ello.
El director de Missoula se tomaba, y no
estamos exagerando, unas 20 tazas de
café al día. También es verdad que el café norteamericano no tiene nada que
ver con el europeo. Aquel posee mucha más agua y menos cafeína que el nuestro,
infinitamente más concentrado y poderoso al paladar.
El café de David Lynch
Pero Lynch, como si fuese el mismísimo Juan
Valdés, es un apasionado de este brebaje, y aunque ya no pueda tomar tantas
tazas como antaño, sí que adora su sabor, su olor, su textura y toda la cultura
que rodea al café.
Tanto es así que el tipo ha creado su propia
marca, llamada Signature
Cup Coffe, algo así como un café de autor especial para amantes del
brebaje negro.
Lynch
siente pasión por los lattes y los capuccinos. Aun así,
entiende que cada uno goza con diversos tipos de cafés. A él le gustan con
mucho cuerpo, con toque suave y con esa capa dorada y espumosa superficial que
mancha el labio superior.
Por eso, hastiado de cafés con demasiada
amargura o acidez, decidió lanzar su propia marca hace unos años para no sufrir
más con malos cafés. Aunque sean preferibles a no tener café, siempre será mejor
tomar uno bueno.
Lynch hizo catas a ciegas a petición de su
amigo, y así fue como eligió los aromas y sabores ideales para conformar su
marca, que hoy tiene diversos tipos de productos. Aunque su favorito, según ha
confesado, es el Signature Cup Coffee
House Roast, libre de amargura y acidez, pero ideal en sabor y cuerpo para
cualquier cafetería.
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