Autor de La
broma infinita, obra que se ha convertido en todo un clásico moderno de
culto, David Foster Wallace se
suicidó un 12 de septiembre de 2008, ahorcado en su propia casa. Pero este
autor que levanta pasiones entre los eruditos y grandes aficionados literarios,
¿guarda realmente algún paralelismo con David
Lynch más allá de su propio nombre de pila?
Aprovechando que el crítico y escritor
madrileño Eduardo Lago publica su
libro Walt Whitman ya no vive aquí. Ensayos sobre literatura norteamericana con la Editorial Sexto Piso en el que se incluye una más que interesante
entrevista con este escritor en la que se hace referencia a nuestro director
fetiche, parece interesante saber qué
opinaba el propio David Foster Wallace sobre el creador de Missoula.
David Foster Wallace sobre David Lynch
El escritor se refirió a Lynch al ser
cuestionado por el propio Eduardo Lago en la entrevista si encontraba
paralelismos entre su propia obra literaria y la audiovisual del cineasta. Sin duda,
la respuesta de Foster Wallace no tiene desperdicio, ya que consideraba al
director como un expresionista clásico.
Para Foster Wallace, Lynch, al igual que el
cine artístico, llevaba a cabo una exploración surrealista en sentido clásico. En
virtud de la misma, se producen asociaciones oníricas inconscientes de forma
literal diferentes a la ficción de vanguardia moderna y posmoderna.
En opinión de Foster Wallace, la ficción opera
de forma autoconsciente, deliberada y claustrofóbica. Sin embargo, el cine de Lynch resulta excitante, es
la obra de un Gran Artista con mayúsculas.
No obstante, David Foster Wallace, al igual
que probablemente nos sucede a todos, no sabía si entendía suficientemente bien
la estética de David Lynch y la suya propia para encontrar conexiones claras. Pero
sí que afirmaba que filmes como Terciopelo
azul fueron capaces de crear un impacto más emocional que estético en él
mismo y en mucha gente de su generación. Interesante, ¿verdad?
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